Como una madre orgullosa de sus criaturas, te presento mis dos libros. Uno de cuentos mágicos y otro de poesía para el alma.
Ambos son fruto de mi expresión creativa. Me resulta imprescindible compartir emociones, descender del mundo de la mente a la tierra y capturar momentos que nos regala el día a día. Muchas veces, esos instantes pasan de largo sin que nos demos cuenta.
Al pisar las piedras, el suave musgo o la arena que recubre este planeta siento mi cuerpo. Me gusta escucharme y poner por escrito aquello que musita en mi interior para que resuene con tu melodía y podamos componer nuevas músicas.
Llevo más de 20 años enseñando y acompañando a personas que quieren regular sus emociones, conocerse mejor y vivir plenamente. Sé lo importante que es el autocuidado emocional, saber que podemos transformarnos, que no estamos solos en el sentir cotidiano y que la humanidad puede remontar mareas y tormentas. Yo escribo para equilibrarme, para sanar mi pasado y crear mi futuro desde el presente. Mis miedos se diluyen en la página como una gota de tinta en una lámina.
Durante mucho tiempo canté, bailé y exploré otras formas de expresión. Me sentí cómoda pero es en la intimidad de la hoja en blanco, en el contacto de mis yemas desnudas con el teclado donde aparece la inspiración más profunda.
Ahora sé que además es mi misión, remover corazones dormidos con mi voz, mis poemas, mis cuentos mágicos que invitan a la comunión.
Entre mis libros y yo hay secretos a voces, miedos, rabia, dolor…Colores que pintan mis escenas diarias de verde cálido, azul gélido, naranja saltarín y negro atronador.
Hoy te confieso que son mis libros, mi escondite favorito en el cual refugiarme cuando el día a día me desgasta. Ahora te toca a ti explorar con qué resuenas; ¿poesía o cuentos?