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Ángela Figuera

Te presento a la poetisa española Ángela Figuera. Una mujer poeta extraordinaria que luchó por sus valores contra viento y marea.

Y la poetisas vivirán en mi voz.

Ángela Figuera Aymerich (1927-1984) fue una poetisa española nacida en Bilbao. Una destacada figura en la poesía de posguerra en España, y conocida por su compromiso político y social y por su uso de la poesía como medio de expresión de sus ideas.

Figuera comenzó a escribir poesía a una edad temprana, y publicó su primer libro, «Hacia la insumisión», en 1950. Este libro fue bien recibido por la crítica y la llevó a ser considerada una voz importante de la poesía de posguerra en España.

Su vida estuvo llena de altibajos. Desde pequeña tuvo que cuidar de sus hermanos debido a la delicada salud de su madre. Su padre, ingeniero y amante de las artes, la acompañó hasta 1926, año en el que falleció, alentándola a crear.

Estudió Filosofía y Letras, primero en Valladolid y luego en Madrid. Una vez finalizados sus estudios empezó a trabajar en un colegio Montessori hasta que se traslada a Huelva en 1933 tras aprobar la cátedra de profesora en un instituto.

Tras estallar la guerra en 1936 nace su primer hijo y su marido se alista para ir al frente. Ella y el niño se van trasladando para estar cerca de él. Cuando finaliza, el gobierno de Franco los condena al olvido, retirándoles sus títulos de profesores y sus trabajos.

Durante muchos años sobreviven con trabajos precarios. Ángela no dejó de escribir durante más de 40 años.

La obra de Ángela Figuera. Sus poemas.

En primer lugar, la poesía de Figuera se caracteriza por su compromiso político y social, su profundo sentido de la justicia y su capacidad para expresar los sentimientos más profundos de la experiencia humana.

Por otra parte, su obra se centra en temas como la libertad, la igualdad, la lucha contra la opresión y la necesidad de una sociedad más justa. Sus poemas están escritos en un lenguaje sencillo y directo, que a menudo se acerca al lenguaje coloquial y popular, pero al mismo tiempo se caracterizan por un gran lirismo y profundidad.

Algunos de sus primeros libros de versos, como «Hacia la insumisión» y «Canciones para Callar», tratan la opresión y la represión del régimen franquista y la lucha por la libertad y la justicia. En su libro «Cancionero del destierro», escribió sobre el exilio y la experiencia del desarraigo, temas que también abordó en su poema más conocido, «Yo no soy de aquí».

En su libro «Libro de las vacaciones», Figuera exploró temas como la naturaleza y la infancia, y abrió nuevas líneas de exploración en su poesía. En esta ocasión, la poeta se alejó un poco de sus temas políticos y sociales habituales para explorar temas más universales y personales, como el amor, la amistad y la nostalgia.

Tras mucho años de lucha y escritura, muere en Madrid a los 82 años de edad.

Yo honro su memoria y guardo un lugar para su obra en mi corazón.

Si quieres conocer a otras mujeres poetas puedes ir a esta página.

Poema de Ángela Figuera. No quiero.

Uno de los poemas que más me conmueve es «No quiero»

No quiero

que los besos se paguen

ni la sangre se venda

ni se compre la brisa

ni se alquile el aliento.

No quiero

que el trigo se queme y el pan se escatime.

No quiero

que haya frío en las casas,

que haya miedo en las calles,

que haya rabia en los ojos.

No quiero

que en los labios se encierren mentiras,

que en las arcas se encierren millones,

que en la cárcel se encierre a los buenos.

No quiero

que el labriego trabaje sin agua

que el marino navegue sin brújula,

que en la fábrica no haya azucenas,

que en la mina no vean la aurora,

que en la escuela no ría el maestro.

No quiero

que las madres no tengan perfumes,

que las mozas no tengan amores,

que los padres no tengan tabaco,

que a los niños les pongan los Reyes

camisetas de punto y cuadernos.

No quiero

que la tierra se parta en porciones,

que en el mar se establezcan dominios,

que en el aire se agiten banderas

que en los trajes se pongan señales.

No quiero

que mi hijo desfile,

que los hijos de madre desfilen

con fusil y con muerte en el hombro;

que jamás se disparen fusiles

que jamás se fabriquen fusiles.

No quiero

que me manden Fulano y Mengano,

que me fisgue el vecino de enfrente,

que me pongan carteles y sellos

que decreten lo que es poesía.

No quiero amar en secreto,

llorar en secreto

cantar en secreto.

No quiero

que me tapen la boca

cuando digo NO QUIERO…